Evitar la corrosión en estructuras metálicas puede ser determinate, puesto que es el que más cuidado y planeación se debe tener si se quiere una estructura duradera y segura.
Todo metal está expuesto a sufrir corrosión, es un proceso que se desarrolla mediante unas condiciones específicas del metal con el medio ambiente. Esto no quiere decir que no se puede prevenir, o frenar su proceso: conocer el comportamiento de la corrosión es de vital importancia para realizar las medidas preventivas necesarias.
Es por esto que en este blog queremos hablarte sobre la corrosión de estructuras metálicas, qué es y algunas formas de protección para saber cómo evitar la corrosión en estructuras y no fallar en el intento.
¿Qué es la corrosión?
Es un proceso que altera la composición física y química del acero, por la acción y exposición de un agente natural como el agua, el viento o la sal. Este deterioramiento ocasiona que el metal pierda sus principales propiedades, como son la dureza y la durabilidad.
Un problema de corrosión de estructuras metálicas, puede generar grandes pérdidas si no se previene o se trata con rapidez, ya que se tendría que reemplazar la estructura o parte de ella. Esto, sin contar los riesgos de físicos que puede causar a las personas, como derrumbamiento o colapso de la estructura.
Existen varios tipos de corrosión de estructuras metálicas, las cuales depende del medio que la causan: corrosión bacteriana, corrosión galvánica, corrosión química, corrosión electroquímica o corrosión por erosión.
Una mala noticia es que todos los metales son susceptibles de corroerse. De ellos, el hierro puro es uno de los que más rápido se corroe. El acero inoxidable por su parte, que es una combinación de hierro con varios elementos, es más lento para corroerse y es por ello que se usa con tanta frecuencia en utensilios de cocina y demás.
3 formas de evitar la corrosión en estructuras metálicas
A pesar de lo que hemos mencionado antes, es un error suponer que esto representa una negativa o una razón para evitar usar el material y las estructuras metálicas en general, pues estas pueden ser preparadas para resistir corrosión. Existen diferentes procesos para evitar la corrosión en estructuras metálicas: a continuación, te presentamos tres de ellos.
Revestimiento anticorrosivo
La lógica es simple. Para evitar la corrosión en estructuras, hay que evitar que el acero sea expuesto al oxígeno y la humedad. Para lograr eso, basta con poner algo en medio: revestimiento.
Los componentes que suelen estar presentes en el revestimiento anticorrosiva incluyen la pigmentación, la resina que sostiene el revestimiento y una variedad de solventes, aditivos y otros componentes. El proceso y sistemas de revestimiento son varios y complejos.
El material utilizado para revestir el acero ha de ser más resistente a los elementos que el acero en sí. De todas formas, es de esperarse que eventualmente se gaste y tenga que ser revestido de nuevo.
La forma más común del revestimiento corrosivo es pintura. Sin embargo, una pintura anticorrosiva es mucho más compleja y sofisticada que una común.
En muchos casos, las necesidades del revestimiento dictan el color. Si el acero no corre tanto peligro, puede ceder un poco para darle prioridad a la estética.
Acero a prueba de corrosión
Existen formas de acero que resisten la corrosión por sí mismos. A través de distintas composiciones químicas que lo hacen más durable y hacen a prueba de corrosión.
Este tipo de acero es particularmente popular en los puentes, debido a sus particulares necesidades de protección.
Por ejemplo, existe en acero corten. También conocido como autopatinable, cuenta con una composición química que incluye contenido de cobre, cromo y níquel. Este acero, al ser expuesto a los elementos, ve su cubierta oxidada de una manera particular que protege el resto del material. Esto lo hace impermeable y resistente a los factores que causan la oxidación.
Evitar factores ambientales
Si la corrosión es causada por elementos en el medio ambiente, lo más coherente es simplemente no exponer la estructura a los mismos.
Claro, no todos pueden darse el lujo de hacerlo. Si estás construyendo un puente sobre el mar, va a ser muy difícil arreglártelas para evitar agua y sal. Pero no todos están limitados de esa manera. Si no habías considerado mover tu estructura a un lugar menos expuesto a los elementos, tal vez quieras hacerlo.
Puede que el mover el lugar planeado de la estructura metálica represente un costo adicional al estimado. Sin embargo, hay que tomar en cuenta los gastos que se evitan al evitar la corrosión. Bien puede terminar siendo una mejor opción.
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